SERIE: CONOCIENDO A LA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO
|
Séptima
Parte:
El ESPÍRITU SANTO EN LA ORACIÓN
Romanos
8:26-27 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué
hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede
por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe
cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios
intercede por los santos.”
Debilidad es carencia de fuerza. El creyente esta en
un estado de debilidad espiritual pero hay que aclarar que aquí no se esta hablando de nuestras
debilidades. Aquí se esta hablando de un estado de necesidad del creyente
con relación a la oración. Esta debilidad del creyente cuando ora se
manifiesta de diversas maneras.
1-
La falta de capacidad de concentrarnos en la
oración porque la cabeza divaga y se va para cualquier lado. La mente se
distrae en la multitud de cosas que queremos plantear en la oración.
2-
Por otro lado esta la falta de vigor espiritual y la
poca firmeza del alma.
3-
Nuestro corazón esta ansioso y muchas veces triste
por las pruebas y los sufrimientos de la vida.
Hay pues
diversas maneras en que esta debilidad se manifiesta. La debilidad viene por la
insuficiencia del creyente, por su falta de conocimiento del Espíritu Santo. Es
aquí donde radica el problema en que el creyente no conoce como fluye el
Espíritu Santo en nosotros. No siempre comprendemos los métodos y los caminos de Dios. No siempre vamos a saber cómo orar. Un hombre del calibre espiritual del Apóstol Pablo reconoce en la “Carta los Romanos”, esta dificultad ya que no sabemos orar de acuerdo a las exigencias de cada situación. “pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos.” La consolación que tenemos es que el mismo que le enseñó al Apóstol Pablo nos puede enseñar a nosotros. Debemos regocijarnos y no desanimarnos ya que los grandes hombres de la Biblia han tenido la misma debilidad que nosotros sentimos cada día al orar. Lo que en realidad hacemos cuando oramos, es una lista de oración. Esto es bueno, pero hay un peligro y es que cuando terminamos la lista, terminamos la oración. Nuestras oraciones pueden parecer adecuadas, muy bonitas y hasta con un vocabulario de esos de guerra espiritual. Sin embargo lo que estamos pidiendo es poco, comparado con lo que el Espíritu Santo quiere darnos. Cuando piense en Dios, piense en El como el Dios que no carece de recursos. Ninguno de nosotros conoce a fondo nuestra realidad, de lo que realmente carecemos y necesitamos, porque solo Dios lo puede ver. Tal vez lo que estamos pidiendo es bueno, pero es poco y no alcanza la medida de la gracia de Dios y por eso no te llega la respuesta. Lo que estimula nuestra oración es que Dios la espera de hombres débiles como nosotros. Entonces orar significa reconocer día tras día ante Dios, nuestra debilidad para que sea superada por el Espíritu Santo. Cuando oramos estamos tan ocupados en decirle cosas a Dios, que no hacemos tiempo para lo más importante. ¿Qué es lo más importante? Lo más importante es reconocerle. Lo más importante no es concentrarnos en lo que pedimos, sino darnos cuenta a quien nos dirigimos. Es como cuando hablamos por teléfono. Cuando nos llaman lo primero que queremos hacer es saber quien esta del otro lado. Del otro lado esta Dios que te escucha y te quiere ayudar. Muchos creyentes llevan su vida de oración como una carga, porque ignoran lo que este pasaje enseña. La tarea de la oración es demasiada pesada para una sola persona. Se necesitan dos: ¿Quiénes son? Usted y el Espíritu Santo. Démonos cuenta de que el Espíritu Santo no quita de nosotros la debilidad, sino que nos ayuda. El quiere compartir la carga. La idea es que la carga se lleva entre dos. Si Dios te quita la carga, a lo mejor te desapareces de su vista.
Cuando uno se entrega a
la oración no está solo, ni está limitado de recursos. “Porque donde
dos o tres están congregados en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:20)
El Espíritu Santo nos
ayuda como un abogado. En los
tiempos bíblicos el abogado le enseñaba al acusado las palabras que tenía que
decir. Además acompañaba al cliente al tribunal.
Somos débiles,
de corta vista espiritual, sometidos a influencias de adentro hacia afuera y
que nos hacen miedosos, tímidos, nos desaniman. Entonces el Espíritu se une a
nosotros en un gemir. El Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles. Que el Espíritu Santo gime significa que él conoce nuestros deseos mejor
que nosotros mismos, pero significa además que el ruega en nuestra oración. La razón del gemido es que el
creyente debe dirigir su corazón hacia Dios y no hacia las circunstancias, ya
que todo deseo de la oración es plantado por el Espíritu Santo. ¿Cómo
ocurre la intercesión en el creyente? Dios es el que escudriña el corazón y por
lo tanto debemos examinarnos al entrar en la oración.
SIETE CONSIDERACIONES PARA ORAR
EN EL ESPIRITU
Un corazón Puro: “Acerquémonos...
purificados los corazones de mala conciencia... Hebreos10:22 La primera condición es que mi corazón
este puro. El pecado en el corazón cierra el oído de Dios y corta la
comunicación con Él. Es inútil orar cuando llevamos algún pecado en nuestra
conciencia que aún no hayamos reconocido. Así que si hay algo que estorba en su
vida nadie mejor que usted para quitarlo.Dios le dijo a Josué: "¡Levántate! ... Israel ha pecado... y por esto no podrá estar delante de sus enemigos... ni estaré con vosotros, si no destruyen el anatema." Josué 7: 10-12 “Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿Por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado y aún han quebrantado mi pacto que yo les mandé y aún han tomado del anatema y han mentido y aún lo han guardado entre sus enseres”. Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos… El Señor dijo a Josué que parasen de orar. ¿Por qué? porque Él no quiere comunicarse con un alma que continúa en pecado. La ley del perdón: "Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno..."Marcos 11:25. Condición imprescindible para que nuestras oraciones sean respondidas. Si no estamos dispuestos a perdonar, nuestra oración no será aceptada por Dios. "Porque si vosotros no perdonareis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas." Marcos 11:26 Tener la intención correcta: "Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites." Santiago 4:3. Yo puedo ir y pedir a Dios cosas perfectamente correctas: por ejemplo: pedir que muchas almas se salven, para si lo hago para lucrarme o para ganar la aceptación de otros, entonces la intención es incorrecta. Para que mi oración sea efectiva, y tenga garantizada la respuesta, no debe estar inspirada en un deseo egoísta de éxito o de placer. Tener fe: “Pero pida con fe, no dudando nada..." Santiago 1:6). La Fe es indispensable si queremos recibir respuesta a nuestras oraciones, ya que “sin fe es imposible agradar á Dios” Hebreos 11:6. De otra manera, donde hay fe, Dios obra milagros. En el evangelio de Marcos nuestro Señor hizo una promesa sorprendente para los que oran: "...que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere... que dijere le será hecho." Marcos 11:23 Orar conforme a la voluntad de Dios: "Que si demandáremos alguna cosa conforme á su voluntad, él nos oye." 1 Juan 5:14 Todo depende de esto. Primero tenemos que descubrir cuál es la voluntad de Dios, y debemos orar conforme a ella. Si no sabemos la voluntad de Dios es imposible tener esa fe que mueve montañas. La oración de Pablo para los Colosenses era “que seáis llenos del conocimiento de su voluntad” Colosenses 1:9. Orar en el nombre de Jesús: Jesús dijo: “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” Juan 14:14 ¿Qué significa pedir en el Nombre de Jesús? Algo mucho más profundo de lo que alguna gente piensa. No es cuestión de recitar una fórmula. Así no se pueden conseguir resultados. Una fórmula puede estar en nuestra boca, y no tener significado alguno. ¿Qué significa entonces? Un empleado va al banco a sacar dinero por encargo de su jefe y presenta un cheque de la compañía. El empleado recibe la cantidad que está escrita en el cheque. Pedir en el Nombre de Jesús significa pedir por aquello que a Jesús le gusta. Dios Padre nunca negará las peticiones de su Hijo.
Orar en el Espíritu Santo: “Orando por el Espíritu Santo.” Judas
20 es el
secreto de cada oración victoriosa. No es posible pedir con fe si no estamos bajo
el control y la inspiración del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el
único que puede darnos fe y revelarnos la voluntad de Dios. ¿Cómo podemos orar
en El Espíritu Santo? El secreto se puede encontrar en Gálatas
5:25 “Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.”
Continúa… |
Wednesday, October 10, 2012
El ESPÍRITU SANTO EN LA ORACIÓN (PARTE 7)
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment