Wednesday, October 10, 2012

BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO (PARTE 4)



SERIE: CONOCIENDO A LA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO
Cuarta parte:
BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO
La doctrina del Espíritu Santo se interpreta de diferentes maneras según distintos grupos protestantes. Las iglesias luteranas, presbiterianas, bautistas, etc. afirman que es algo que ocurre en el mismo momento de la conversión de la persona al cristianismo, sin que haya una evidencia o manifestación espiritual. Por otro lado, los grupos pentecostales y carismáticos afirman que el bautismo en el Espíritu Santo puede darse en la conversión o en otro momento, pero siempre caracterizado por la manifestación del don de lenguas y los dones espirituales
El Bautismo del Espíritu Santo no es una segunda experiencia de salvación ya que somos salvos cuando aceptamos a Cristo de todo corazón y el Espíritu Santo entra a morar en nosotros. ¿Qué hace el bautismo? Nos hace parte del cuerpo de Cristo ya que es una experiencia de llenura interior que Dios provee para que podamos servir, testificar y experimentar los dones espirituales.

En los tiempos actuales que vivimos, Dios está restaurando el mensaje apostólico de pentecostés antes de que acontezca la venida de nuestro Señor Jesucristo. Hechos 2:17: "Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne". Miles de almas en todo el mundo están despertando de sus sueños espirituales y de tradiciones religiosas y están siendo movidos por el Espíritu Santo a buscar y a recibir una experiencia con Dios que cambie sus vidas para siempre.
Cuando usted acepta a Jesús como el Señor de su vida, usted resucita de la muerte espiritual y se convierte en una nueva criatura en Cristo. Pero sin el Espíritu Santo, su nuevo nacimiento no sería posible. Además de obtener esa nueva vida, el deseo y plan de Dios es que usted reciba el bautismo del Espíritu Santo. La palabra Bautismo viene de la palabra griega "baptizo" que significa inmersión. Si la llevamos al término "bautizo en el Espíritu Santo" se nos habla de inmersión o de sumergirnos en el poder del Espíritu Santo.
“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Hechos 1:4-5
Aguardar para recibir el Bautismo en el Espíritu - Jesús había resucitado y empezó a adiestrar a los Apóstoles y a sus discípulos para la obra de evangelización. Pero no debían empezar nada hasta que  viniera sobre ellos la Promesa del Padre (Hechos 1,4). Todas las cosas que Dios hace tienen un propósito. Por eso les mando que se quedaran juntos, en un mismo sentir, en espera de aquella promesa.
El trabajo de la primera iglesia y el nuestro es la evangelización. No es una obra natural, sino sobrenatural. Una obra que hace el Espíritu Santo con la colaboración del creyente. Damos por sentado que la primera experiencia en la vida cristiana es el convertirse y luego buscar la llenura del Espíritu Santo. Ellos necesitaban recibir la promesa del Padre. Necesitaban recibir poder para ser testigos de Jesús. La Palabra nos señala en Hechos 1,8 que “recibiréis poder del Espíritu Santo...”
De modo que el Bautismo en el Espíritu es un “recibir” algo. No es algo que se pueda alcanzar a base de esfuerzos o mérito alguno, dinero, sino que es algo que se recibe, es gratuito, es una gracia que Jesús nos otorga. ¿Qué es lo que se recibe? “pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo...”. Ya el Espíritu Santo vino sobre usted, de modo que lo que se recibe en el bautismo es el poder del Espíritu Santo para hacer toda la obra de Cristo.
Hechos 2,1-4 “Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de un viento impetuoso, que llenó toda la casa en que se encontraban. Se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar EN OTRAS LENGUAS, según el Espíritu les concedía expresarse.”.

El mismo poder que estuvo sobre Jesús en su ministerio terrenal nos acompaña ahora a nosotros. Este poder es el que nos transforma en valientes, es el poder que acompaña nuestro testimonio y que atrae a la gente a los pies del Señor. La gente no viene a Cristo por voluntad humana, sino por el toque de Dios. Es el poder que confirma con señales y prodigios el anuncio que hacemos del Evangelio.
Cómo recibir el bautismo en el Espíritu
Esto lo vemos en los Apóstoles Pedro y Juan: “Al enterarse los Apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Éstos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús [bautismo de agua]. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo. Al ver Simón [el mago] que mediante la imposición de manos de los apóstoles se daba el Espíritu, les ofreció dinero diciendo: “Dadme a mí también este poder para que reciba el Espíritu Santo aquél a quien yo imponga las manos” Hechos 8:14-19.
Los Apóstoles habían recibido ese poder para dar o comunicar el Espíritu Santo mediante la imposición de manos. Pero en la Biblia encontramos que algunos laicos también poseían ese don de dar o comunicar el Espíritu: “Había en Damasco un discípulo llamado Ananías...Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos [a Saulo] y le dijo:”Saulo, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo” Hechos 9:10-17.
Ananías no era un apóstol, ni ministro alguno, la Escritura lo llama sólo un discípulo, pero imponía las manos y el Espíritu Santo sanaba enfermos, profetizaba, ocurrían milagros porque Dios no hace acepción de personas. Lo que cada uno debe pedir es la llenura del Espíritu Santo. Pida a Jesús que le llene y él le bautizará con el Espíritu. La Palabra de Dios al respecto dice: “Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!” Lucas 11,13
 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” Romanos 8:26-27
Cornelio y Pedro:
Hechos capitulo 10 nos habla de un llamado Cornelio del cual se dice que era centurión de la compañía la Italiana. Se comienza a dar unas características de este hombre y dice: piadoso, temeroso de Dios con toda su casa, hacía muchas limosnas al pueblo y siempre oraba a Dios. Este tuvo una visión de un ángel que le dijo: tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.
Y el ángel le dio instrucciones de que enviara a buscar a Pedro y el te dirá lo que tienes que hacer. Mientras tanto Pedro tiene una visión de un lienzo que era bajado a la tierra en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz levántate Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo no Señor porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. (V.15) “Volvió la voz por segunda vez: Lo que Dios limpió no lo llames tu  común”. Y mientras Pedro pensaba perplejo sobre la visión, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales preguntando por la casa de Simón Pedro llegaron a la puerta.
(V34) En verdad conozco que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que teme y hace justicia. En ese momento Pedro está predicando de Cristo a Cornelio y su gente, cuando repentinamente cayó el Espíritu sobre todos ellos, incluidos los gentiles. (v.44) Hechos 10,44-48 “Estaba Pedro diciendo estas cosas cuando el Espíritu Santo CAYÓ sobre todos los que escuchaban la Palabra. Y los fieles circuncisos que habían venido con Pedro quedaron atónitos AL VER que el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles, PUES LES OÍAN hablar en lenguas y glorificar a Dios. Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mando a bautizarles en el nombre del Señor Jesús…”
¿Cómo sabían que había caído el Espíritu sobre todos ellos? Porque les oían hablar en lenguas y magnificaban a Dios. Ellos también habían recibido el bautismo en el Espíritu tal como los Apóstoles en Pentecostés, porque hablaban en lenguas.
Hechos 19:1-6 “Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, 2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.”
En 1Corintios 14:18 “Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros...”. Pablo, en su conversión, luego de su encuentro con Jesús camino a Damasco fue ministrado por el discípulo Ananías enviado por el Señor para devolverle la salud e imponiéndole las manos  aquí nos revela que él también habló en lenguas ¿por qué? Porque había recibido la llenura del Espíritu.

Que puede impedir el bautismo del Espíritu Santo:
1-    Temor - Muchas personas desean el Bautismo en el Espíritu pero se sienten atados a temores que le impiden recibirlo: “¿será de Dios?”, “¡no me gusta eso de las lenguas!” “¡qué vergüenza!”. Algunos mientras piden, están pensando en sus temores, por eso no lo reciben. Ud. no puede abrigar al temor y a la fe al mismo tiempo. Debe echar fuera de su vida al temor antes de pedir el Bautismo en el Espíritu.
En una ocasión un hombre estaba muriendo de cáncer y le pidió a uno de los ancianos de la iglesia que le ungieran con aceite para ser sanado. El anciano le preguntó que porque él quería ser sanado y porque quería quedarse en la tierra. El hombre se sorprendió de la pregunta cómo nos sorprendería a cada uno de nosotros.
El anciano le dijo que en la Epístola de Santiago, se nos recuerda que con frecuencia no recibimos respuestas a nuestras oraciones porque pedimos mal. Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” Nuestro deseo de vivir debe ser para la gloria y la honra de Dios quien nos puso en esta tierra en primer lugar.
Para que deseas la actividad del Espíritu Santo en tu vida. ¿Quieres experimentar más de la presencia de Dios? La queremos para nuestro propio beneficio. Si la respuesta es si somos semejantes a Simón el Mago. Si la queremos para cumplir los propósitos de Dios, entonces el te dará abundantemente.
 I Corintios 12:7 “Pero a cada uno es dada la manifestación del Espíritu Santo para provecho.” Dios hace milagros cuando él ve la oportunidad de glorificar a Jesucristo en nuestra vida.
Continúa…

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