Octava Parte:
EL ESPIRITU SANTO
FORTALECE AL CREYENTE
Efesios 3:14-21 “Por esta causa doblo mis rodillas ante
el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la
tierra, 16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el
ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos
cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. 20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho
más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa
en nosotros, 21
a él sea
gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de
los siglos. Amén.”
Todo este pasaje es una oración de intercesión ferviente
a favor de sus hermanos los Efesios. ¿Qué pide el Apóstol Pablo para ellos?
Lo que pide es que la iglesia constituida por judíos y gentiles, la iglesia
que es una morada de Dios en el Espíritu. (Efesios 2:20), esta iglesia sea
plenamente consciente de las bendiciones que ha recibido, para que las viva
ahora y hoy. Esta intercesión marca cuatro peticiones muy importantes:
1- El fortalecimiento
del hombre interior
2- El habitar
de Cristo en el corazón
3- El ser
arraigados en amor para un mayor conocimiento del amor de Cristo
4- El ser
lleno de la plenitud de Dios
Estas cuatro peticiones marcan la intercesión del
Apóstol Pablo, que quiere que sus hermanos los Efesios comprendan como el
Espíritu Santo fortalece al creyente. Lo primero que dice el texto es: “Por esta causa” por esta razón ante la gracia de Dios que nos une, que
nos ha hecho un templo vivo para Dios. ¿Cuál es la enseñanza aquí? Que el
fundamento para la oración no reside en lo que necesitamos o en lo que
queremos, sino en apreciar lo que la gracia de Dios quiere concedernos.
El estimulo para la oración no es nuestra necesidad sino lo que Dios quiere
hacer en su propósito.
Tenemos que entender que el Dios al cual nos dirigimos es
soberano sobre todas las cosas y accesible a nuestras
oraciones. Esto quiere decir que Dios escucha nuestras peticiones con el
mismo corazón de Padre con que escucha a su amado Hijo Jesucristo. Las
oraciones siempre son dirigidas al Padre. Nótese aquí que la oración es para
que el Espíritu Santo obre, pero la petición se dirige al Padre y no al
Espíritu Santo.
La oración moviliza los recursos de Dios: 16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, Dios no contesta conforme a nuestra estrechez de
nuestro corazón. ¿Por qué? Porque Dios da conforme a las riquezas de su
gloria. Lo que Dios da conforme a las riquezas de su gloria es para fortalecer
al hombre.
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I- Primera Petición - El Fortalecimiento del Hombre
Interior:
Este fortalecimiento es para el hombre de Dios, pero
para el hombre interior. ¿Qué es el hombre interior? Es el hombre renovado
por el Espíritu Santo al cual Dios le ha dado la capacidad de recibir mayor
conocimiento espiritual. Es el hombre regenerado que ha resucitado
espiritualmente, este hombre ahora debe ser fortalecido. El fortalecimiento
es para adquirir conocimiento.
Es el hombre interior el que puede deleitarse en la ley
de Dios y experimentar diariamente la renovación espiritual. El Espíritu
Santo tiene pleno acceso al espíritu humano revelando que toda gracia será provista
y toda victoria será obtenida.
La fortaleza que proviene del Espíritu Santo demanda
del hombre interior Una mente iluminada: Este hombre convertido
ya no va a pensar ni juzgar las cosas como lo hacía antes, porque comienza a
interesarle las cosas del Espíritu, algo que antes nunca le intereso. Ahora
este hombre adquiere discernimiento espiritual el cual no debe ser confundido
con la experiencia que nos dan los anos, ni es algo que puede ser obtenido si
usted no esta comprometido con la verdad de Dios.
El creyente entregado a Dios, posee un aumento de la
visión interior que el creyente carnal no tiene. La mente tiene que ser
renovada porque una mente no renovada no capta las señales que Dios da en la
Palabra y es incapaz de ser llenada con la plenitud de Dios.
Lo que se trata en todo caso es que tengamos la mente
de Cristo porque es una mente que procede de Dios. Dios no da esta
mente al perezoso que descuida las Escrituras, que no lee la Biblia y
ni siquiera se esfuerza en venir a la iglesia. Se requiere del creyente que
dependa del Espíritu para tener el discernimiento espiritual.
La voluntad tiene que ser vigorizada para que nos
fijemos metas, ya que la tendencia es olvidarnos de Dios. El pecado mata la
voluntad. ¿Para qué tiene que ser fortalecida la voluntad? Para liberarla del
dominio del pecado e inclinarla a la voluntad de Dios.
Dios tiene que quebrantar nuestra voluntad para
implementar la SUYA. El quebrantamiento del corazón es una gran riqueza y
consiste en que el creyente se mire como lo que es: Vil. Nadie tiene para sí
un camino mejor que el que Dios tiene. Dios ha tomado nuestra causa, nuestro
destino en sus manos. Jeremías
10:23 “Conozco oh Jehová que el hombre no es Señor de su camino…”
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II- Segunda Petición – El habitar de Cristo en el
Corazón:
“para que habite Cristo por la fe en vuestros
corazones…” La meta de
Pablo se dirige a personas que ya eran creyentes. Pablo no esta orando por su
conversión. La morada de Cristo en el creyente es una cuestión de
permanencia. Juan 14:21
“El que tiene mis mandamientos y los guarda ese es el que me ama y el que me
ama será amado por mi Padre y yo le amare y me manifestare a él.”
Y agrega en el (v. 23) “El que me ama mi Palabra guardara y mi Padre
le amaray vendremos a El y y haremos morada con El.”
El Señor no solo habla de tener los mandamientos sino
de también de guardarlos, de observarlos en la vida diaria. Hay que subrayar
que la prueba de que amamos a Dios no es nuestra reacción emotiva. La prueba
del verdadero amor es la obediencia. Dios nos esta diciendo que el amor a Él,
no es cuestión de Palabras. Se tiene que mostrar en hechos, en vida en
carácter.
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III - El ser arraigados en amor para un mayor
conocimiento del amor de Cristo:
Efesios 3:18 “seáis plenamente capaces de comprender
con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la
altura, 19
y de conocer
el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de
toda la plenitud de Dios.” Aprender a apropiarse del amor de Cristo que excede a
todo conocimiento. El amor divino solo puede ser comprendido a través de la
obediencia de corazón.
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IV- Lleno de toda la Plenitud de Dios:
La iglesia es la plenitud de Cristo. La plenitud de
Cristo es toda la esencia de Dios que reside en el. Es la suma de sus
atributos. El es el único mediador entre Dios y el mundo. Hay una manera de
captar su plenitud y es mediante el estudio de las Sagradas Escrituras, de
las bendiciones que El ha ganado para ti, de su función sacerdotal, etc.
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